Campanilla, la de Peter Pan. La olvidada Campanilla. A muy pocos le importaban sus sentimientos. Todos los niños querían que Peter estuviera con Wendy, la chica encantadora que le cosió su sombra a los pies, que le dejó la medicina cuando ella decidió hacerse mayor y dejarle... Oh, qué gran persona... ¡Y una mierda! ¿Crecer? No te importa crecer si tienes a el amor de tu vida para siempre a tu lado... El verdadero amor era el de Campanilla, que arriesgó su vida bebiéndose la medicina envenenada para que no muriera Peter, y todo.. ¿Para qué? Para que él la empujara, para que él sólo se fijara en la bonita niña de rizos indefinidos y un beso en la apertura derecha. Sin duda alguna, Peter Pan es uno de los cuentos más sinceros que nos contaban de chicas respecto al amor. Nada de zapatos de cristal, nada de besos que rompen maldiciones, ni castillos protegidos por dragones... Sino una chica enamorada de un chico que sólo quiere a otra.
Sólo el fuerte sobrevive, límpiate esas lágrimas.
He aprendido que la vida es un momento, un pequeño instante. Vivimos planeando el mañana, intentando comprender el ayer, y mientras dejamos escapar el día de hoy. Vivimos buscando el momento perfecto, la vida perfecta, el sueño perfecto, la persona perfecta, pero no hay momentos, ni vidas, ni sueños, ni personas perfectas. Así que, simplemente vive tu vida y hazla perfecta, pero a tu manera.
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