Bésame. Quiero que me beses, es algo inevitable, tan inevitable como el deseo al comer un poquito de chocolate y cuando te lo has terminado, te entra algo que no lo puedes controlar, y tienes que comerte otro trozo, y así una y otra vez, hasta que al final te terminas la tableta. O cuando estas en la ducha, sabes que hace frío fuera, y tu estás en la ducha calentito y por mucho que sepas que hay que cerrar el grifo, tú no lo cierras y sigues un poco más. O cuando estas en la calle, con tus amigos y tienes que volver a una hora para estudiar, pero estás tan feliz que empiezas a quedarte más tiempo, y al final estudias el día siguiente. Y así mil ejemplos más. Pues eso mismo es lo que me gustaría que pasase con nosotros, pero no hemos empezado ni la tableta, ni la ducha, ni hemos salido a la calle. Te lo vuelvo a repetir, bésame. No sé, pero siento que si lo haces, nos comeremos más de una tableta, la ducha será eterna y no volveremos nunca a casa para estudiar.
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